«Movimiento y cuerpo es al niño lo que el lenguaje para el adulto.»
Bernard Aoucouturier
El dominio corporal les aporta seguridad, placer y mayor capacidad para descubrir el mundo
En Piruetas entendemos que en esta etapa la sensación, la emoción, el placer y el disgusto, el incipiente pensamiento, el aprendizaje y el conocimiento están unidos indisolublemente al “hacer” y la acción es “movimiento corporal”.
Por ello resaltamos la importancia de la experimentación con el propio cuerpo, del movimiento como instrumento de expresión de afectos y emociones, y del dominio del espacio y los objetos por medio de la propia acción.
Nuestro objetivo es favorecer el paulatino descubrimiento, control y dominio del cuerpo, su tono y su movimiento para facilitar la relación y la comunicación que el niño va a establecer con los demás, el mundo y los objetos.
¿Cómo lo conseguiremos?
Los Bebés (0-1 años)

Niños de 1 a 2 años
El dominio psicomotor en general evoluciona con rapidez. Su impulso motor es muy poderoso. Es un momento en el que aumenta la vitalidad, la resistencia física y la confianza en sus posibilidades.
En el segundo semestre, mejora el equilibrio permitiendo que el niño camine con rapidez en un intento de correr, puede bajar las escaleras, puede lanzar un objeto de pie sin perder el equilibrio; dejar el peso sobre una pierna y dar una patada a la pelota; agacharse, levantarse y jugar en cuclillas…
Puede trepar por la espaldera, hacer rolidos sobre el eje horizontal y vertical y manejar su cuerpo con soltura en posiciones de contacto con el suelo.

Niños de 2 a 3 años
En esta edad el acto motor se vuelve más preciso por maduración cortical y comienzan a automatizarse movimientos globales, se incrementa la noción de esquema corporal y el cuerpo se organiza como unidad.
Empiezan a existir la “anticipación” y el “proyecto de la acción” fruto del pensamiento representativo: ¿Me voy a subir por allí?; Voy a trepar y saltar…
